
Cuando te dije adiós,
no miré hacía atrás,
y en ese mismo instante,
no supe que cometía, un gran error ...,
dejé atrás,
algo que tenía, mucho, mucho valor.
Ha pasado el tiempo ..., mucho tiempo,
y por más que lo intento,
jamás perdono mi culpabilidad,
y el recuerdo,
es el veneno,
que me está matando,
y todo,
por mi estúpida terquedad.
Y ahora,
eres una caricia de melancolía,
que voy acariciando, sólo imaginando tu piel,
porque eres simplemente, una fotografía,
simplemente ... Un corazón de papel.
Y por más que busco,
no encuentro una razón.
Y el sentimiento,
que sentido más injusto,
pues a veces se da cuenta,
demasiado tarde,
de su estúpida equivocación.
Ahora, a veces,
creo que tus ojos me dicen algo,
y me siento querido como ayer.
Ya nada puedes darme, lo sé,
y con las ganas divago,
eres, ahora, tan sólo,
algo que llegó y se fue.
Mis lágrimas humedecen,
tu sonrisa y tu mirar.
Esa sonrisa y esa mirada grabada,
que resalta del cristal.
No hay palabras que me digan,
que algún día vas a volver,
y tus ojos, aunque me miran,
tú no me puedes ver,
tan sólo eres, colores de tu ser.
Cuando te dije adiós,
no miré hacía atrás,
y no supe que cometía un gran error,
dejé atrás,
algo que tenía, mucho, mucho valor.
Y ahora,
eres una caricia de melancolía,
pues sólo acaricio, imágenes de tu piel.
El color de tus pupilas,
se entremezclan con los colores de tu fotografía,
y sólo puedo besar a un corazón ... Un corazón de papel.
©Vicente V. Solera
2 comentarios:
Hola Vicente:
Me gusta tu poema, muy profundo y sincero, pero que no te atormenten los errores del pasado, simplemente que este poema sea un desahogo del alma... vive tu presente, busca una nueva razón que le de luz a tu vida.
Abrazos alados y gracias por tu visita a mi casita!!!
Sí, Diana, sólo es un desahogo más.
Gracias por tu visita, abrazos.
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