"ETERNIDAD"

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Toda mi vida creí, que la ciudad era mi hogar,

y ahora sé, que mi hogar, jamás fue la ciudad.

Toda mi vida pensé,

que las calles formaban parte de mi,

y ahora sé, que parte de mi,

sólo son como cenizas, aquí.



A veces nuestra conciencia nos aplaude

y otras veces se burla de nosotros,

y todo se queda por decidir ...,

¿ echamos más leña al fuego

o le echamos más fuego al tiempo.?



A veces alzo los ojos para ver un pedazo de cielo,

y así apreciar, que hoy igual que ayer, soy yo,

y todo se funde en cada expresión de la mañana,

mientras que el pincel,

salpica su pintura sobre mi rostro,

ensombreciendo la luz del camino, sinvergüenza,

y entonces es cuando te preguntas,

¿ qué es lo que pintamos aquí ?

en esta ebullición de ser y existir.



Tuve una puerta abierta,

que me llevaba hacia el pasillo del mundo,

y como buen peregrino caminé,

con la tierra en la palma de mis manos,

con la vida en la punta de mis dedos,

y la puerta jamás la cerré yo ...,

tú no lo sabes, pero yo sí sé cuál fue mi pecado ...,

aunque no tienes que desgarrarte mucho la piel,

para descubrir más allá de mis huesos.



Toda mi vida creí, que la ciudad era mi hogar,

y ahora sé, que mi hogar, está al otro lado de la ciudad.

Toda mi vida pensé, que las calles formaban parte de mi,

y ahora sé, que parte de mi,

sólo es el cordón umbilical, que me une a ti ... Eternidad.



©Vicente V. Solera

"UN CORAZÓN DE PAPEL"

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Cuando te dije adiós,
no miré hacía atrás,
y en ese mismo instante,
no supe que cometía, un gran error ...,
dejé atrás,
algo que tenía, mucho, mucho valor.


Ha pasado el tiempo ..., mucho tiempo,
y por más que lo intento,
jamás perdono mi culpabilidad,
y el recuerdo,
es el veneno,
que me está matando,
y todo,
por mi estúpida terquedad.


Y ahora,
eres una caricia de melancolía,
que voy acariciando, sólo imaginando tu piel,
porque eres simplemente, una fotografía,
simplemente ... Un corazón de papel.


Y por más que busco,
no encuentro una razón.
Y el sentimiento,
que sentido más injusto,
pues a veces se da cuenta,
demasiado tarde,
de su estúpida equivocación.


Ahora, a veces,
creo que tus ojos me dicen algo,
y me siento querido como ayer.
Ya nada puedes darme, lo sé,
y con las ganas divago,
eres, ahora, tan sólo,
algo que llegó y se fue.


Mis lágrimas humedecen,
tu sonrisa y tu mirar.
Esa sonrisa y esa mirada grabada,
que resalta del cristal.
No hay palabras que me digan,
que algún día vas a volver,
y tus ojos, aunque me miran,
tú no me puedes ver,
tan sólo eres, colores de tu ser.


Cuando te dije adiós,
no miré hacía atrás,
y no supe que cometía un gran error,
dejé atrás,
algo que tenía, mucho, mucho valor.
Y ahora,
eres una caricia de melancolía,
pues sólo acaricio, imágenes de tu piel.
El color de tus pupilas,
se entremezclan con los colores de tu fotografía,
y sólo puedo besar a un corazón ... Un corazón de papel.


©Vicente V. Solera